La industria de la confección y del textil está evolucionando en un entorno dinámico y en constante evolución: la tasa de crecimiento anual durante el período 2013-2015 se estima en un 5,1% y se espera que la facturación total de la industria de ropa llegue a 1.695 millones de dólares a finales de 2018.
La distribución geográfica de la producción en las industrias textiles y de la confección ha cambiado drásticamente en las últimas décadas: los países desarrollados han trasladado gran parte de sus actividades de producción, mientras que India, China y otros países en vía desarrollo se han gradualmente convertido en las principales regiones de producción textil. Para vender sus productos, las fortalezas de la moda (Reino Unido, Estados Unidos, Francia o Japón) se están moviendo cada vez más hacia el concepto de distribución multicanal utilizando modos de compra tradicionales, tanto como digitales. El comercio por Internet representa un nuevo reto que empuja marcas de innovar para hacer frente a la competencia cada vez más feroz.
Pese a que los actos de contratación sean más frecuentes, el presupuesto familiar dedicado a la ropa se ha estrechado con la crisis. Las marcas han logrado evolucionar y adaptar lanzando nuevas tendencias más frecuentemente (por ejemplo, la moda rápida). Los jugadores de la moda deben diferenciarse ofreciendo modelos que se adaptan a las tendencias actuales, todo ello a un buen precio.
Finalmente, una de las últimas tendencias es el atractivo para el consumidor de la moda ética y ecológica, que cuenta con productos no perjudiciales a las personas y al medio ambiente. La industria de la moda ha experimentado un fuerte crecimiento en los países desarrollados : una fuente de nuevas oportunidades.
Con nuestra experiencia en el sector de la moda, en todos los niveles de la cadena de distribución, desde la producción hasta el consumidor final, somos bien posicionados para ayudarles a desarrollar sus cuotas de mercado en las exportaciones.