La comida es una necesidad humana básica. El consumo mundial de bienes procesados, por tanto, se ha mantenido constante a través del tiempo. Sin embargo, a medida que la industria alimentaria se ha desarrollado, nuevas normas han surgido como la introducción de los diferentes niveles de precios y de calidad para el mismo tipo de producto. Las empresas de alimentos se enfrentan a dos nuevos retos: en primer lugar, las últimas generaciones de consumidores ahora están acostumbrados a tener una amplia variedad de bienes y esperan que los productos que elijan sean a la altura de sus expectativas, sino superiores. Además, algunos nuevos factores han aumentado sus niveles de exigencia: un nivel de población mundial sin precedentes, la reciente crisis económica, pero también la volatilidad de los mercados de materias primas.
Las empresas de la industria agroalimentaria ahora venden sus productos a las tiendas al por menor y a los restaurantes. Ambos canales de distribución han sufrido la crisis económica de una manera similar: inicialmente, han padecido una mayor sensibilidad a los precios al consumidor y luego tuvieron que anticipar y prepararse para el retorno del crecimiento.
A la salida de la crisis económica, los hogares se han demostrado reacios a aumentar sus gastos alimenticios, pero algunos “extras” tales como alimentos gourmet o licor de alta gama surgieron como alternativas para disfrutar a menos precio.
En este entorno altamente competitivo, las empresas del sector tienen que invertir constantemente en la construcción de una marca fuerte. Los servicios personalizados y el mantenimiento de una estrecha relación entre la marca y los consumidores son más importantes que nunca. Sin embargo, la comercialización y el desarrollo de marcas no son en sí mismas suficientes herramientas para tener éxito.
Expandys apoya sus clientes del sector, proporcionándoles información completa y actualizada: Desarrollo de la oferta y la demanda, últimos avances en términos de producción y distribución, riesgos operacionales, cambios regulatorios, y tendencias en los bienes de consumo alimenticios. Todos estos elementos resultan imprescindibles para que se inicien nuevos proyectos de desarrollo en nuevos países de exportación.